Nuestra Historia
De un Sueño Familiar a la Esencia del Desierto
En el corazón del desierto de San Pedro de Atacama, donde la aridez desafía la vida, nació Apícola Checkar, un proyecto familiar que ha florecido durante más de 30 años. Nuestra historia comienza con un regalo inesperado: unas colmenas que mi madre recibió a través de un proyecto. Yo, Luis Escalante, estudiaba en Antofagasta por aquel entonces y, durante unas vacaciones, me encontré con aquellas abejas. Al principio, no sabía nada sobre ellas, pero pronto supe que marcarían el rumbo de mi vida.
Una amiga me invitó a cosechar miel, y esa experiencia despertó en mí una profunda fascinación por el mundo de las abejas. Me vendió dos familias de abejas que, con esfuerzo y dedicación, multipliqué hasta tener seis. Esa primera gran producción de miel me hizo soñar con algo más grande. Así nació Apícola Checkar, de un entusiasmo que no solo buscaba aprovechar lo que el desierto nos ofrecía, sino también preservarlo.
En aquel tiempo, la enfermedad de la varroa aún no había llegado a Chile, y las colmenas prosperaban. Con apoyo de proyectos y mucho trabajo, logramos crecer. Instalamos una sala de cosecha y adquirimos maquinaria para mejorar nuestra producción, transformando el sueño en una microempresa donde toda la familia colabora.
Hoy, Apícola Checkar no es solo una empresa; es un reflejo de nuestro amor por la tierra y las abejas que hacen posible nuestro trabajo. Cada frasco de miel captura la esencia de flores autóctonas como el chañar, el algarrobo y la brea, que sobreviven en el desierto más árido del mundo.
Nuestra miel no solo endulza los hogares, sino que también cuenta la historia de una familia unida, de perseverancia y de respeto por el medioambiente. Desde San Pedro de Atacama hasta cada mesa, llevamos con orgullo un producto auténtico que conecta a las personas con la riqueza del desierto.
Apícola Checkar: preservando el legado del desierto y compartiéndolo con el mundo.